lunes, 19 de mayo de 2008

la melancolia de la tarde me ha ganado el corazón*

No me perderé esta vez. Las calles que todavía no recorro me están esperando, las hojas que aún no nacen esperan su caída para que yo pase sobre ellas. Las extrañas luces por fin serán percibidas por mis sentidos tan distraídos, por fin despertaré, por fin sentiré. Descubri que nuestros corazones no son una invención estúpida, que el amor no es un sentimiento abstracto, que nuestras emociones son reales y nuestros sueños son realizables. Descubri que existe un mundo dentro de éste, descubri que es un mundo mejor y lo mejor fue descubrir que nosotros podemos salvarlo. ¡Me da lo mismo si por ser feliz he de clasificar como inmadura, como soñadora! Me dará lo mismo no encajar, me dará lo mismo ser diferente. Nosotros venimos de aquél mundo oculto, llegamos para estar en desacuerdo, llegamos para ver más allá de los medios, llegamos para cuestionar a los políticos y empresarios corruptos, llegamos para violar las estúpidas reglas, llegamos para ser los inadaptados, llegamos para ser vistos como soñadores. Llegamos para salvar este mundo, para salvarnos nosotros y para salvar la alegría oculta dentro de la contaminación de ideas, de ambiente y de emociones.
Nosotros aprendimos a amar y fue lo mejor que pudimos aprender. Nosotros decidimos no escuchar al resto cuando nos dice que son clichés, cuando nos dice que no existe. Nosotros no escuchamos al resto cuando nos tildan de delincuentes, de bichos raros, de estúpidos, de mediocres, de ineptos, de vagos, de absurdos. Y por no escucharlos nos hacemos fuertes, por no dejarnos influenciar somos los más fuertes. Por no manipular a nadie somos los que tienen más poder y por creer en nosotros somos los únicos que aún son felices. Nuestros sueños son realidades, son realidades ocultas bajo su mar de incomprensión . Respiremos todavía, sigamos vivos, sigamos despiertos, sigamos activos, sigamos como ellos no nos quieren. ¡Somos agresivos, somos tranquilos! No tenemos futuro como ellos dicen, pero tenemos un presente mucho más estructurado que el suyo. El futuro de todos ellos consiste en un montón de billetes y una muerte rápida llena de odio y angustias, de sueños sin concretar y de arrepentirse por todo lo que hicieron o lo que no hicieron. Nuestro futuro somos nosotros mismos, nuestro futuro es nuestro mundo, ese que han opacado, ese que han repudiado y ese que llevamos dentro.

¡Desfilemos! Llevemos nuestro alegre y colorido carnaval de ideas a la gente joven, a los adolescentes puros, a los que nadie entiende, a los que quieren ser entendidos, a los que son tristes, a los que se angustian facilmente.

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