¡seamos nadie esta noche! dijo el pequeño héroe a su amigo el inerte, a su amigo el espectador. Pero él, que ya lo había sido todo durante toda una vida, no sabía como ser nadie. (todos lo saben muy bien). ¡Y vaya que sabía ser nadie el maldito espectador! si fue demasiado fácil para él ser toda su vida un idiota que observaba a través de la televisión las palabras de su gran héroe. Y en ese entonces, en la plenitud de gestión del héroe, ¿qué hacía el espectador? ¿que hacía mientras veía a través de la televisión, oía en la radio estúpidas campañas y palabras sin fuerza de un tonto que todos conocen?
¡el pobrecito espectador vivió su vida como cualquier otro! sintió que su vida era importante hasta cierto punto. nunca luchó, nunca dudó, nunca se quejó, nunca sintió adrenalina en su vida. Dejó que el héroe lo manipulara, hasta que le creyó todo. ¡Y vivió feliz! ¡Porque el espectador no era simple espectador, el espectador era una pequeña marioneta del héroe! y por supuesto que no lo supo nunca, vivió tranquilo sospechando que no era nadie, pero seguro de estar feliz. ¿y por qué era feliz si sólo era un espectador manipulado? ¡porque era un espectador con mucho mucho poder gracias a su amigo el héroe! murió con la pancita hinchada, murió con la mente apestada y murió con mucho dinero encima de su tumba y en los bolsillos de sus hijos espectadores.
y ahí estaba el héroe, haciéndole creer al espectador que era parte de su vida de héroe, que gracias a él era héroe, y que algún día llegaría el día en que ambos serían héroes. Ahí estaba el héroe, disfrutando su poder, por cierto muy superior al de su amigo el espectador, el que sólo poseía la lástima del héroe en sus hinchados bolsillos.
¿a quién puede preguntarle como ser nadie, entonces? a los demás espectadores, por supuesto. pero no a aquellos que son sus amigos y marionetas cercanos, a aquellos que viven lejos, a aquellos que no ejercen importancia en su vida, que no son más que lejanos nombres que significan más un peldaño en su subida al infinito, en su subida al poder y a la montañita de dinero.
¡esos si saben sobre ser nadie! esos que viven pacificos y no actúan nunca, esos que parecieran disfrutar siendo nadie y viendo como los héroes les arrebatan hasta el último peso y se dejan manipular por unas cuantas migajas de pan.
No hay que olvidar por cierto, que aquellos espectadores que deciden no ser más espectadores, se convierten automáticamente en un héroe, pero en uno muy particular: en un antihéroe, salvadores de su propio futuro y autonomía.
¿qué somos entonces, héroes o antihéroes? no seamos nunca unos malditos espectadores :)
