La plaza de colores *
Iban caminando los dos conejos de la mano conversando sobre la locura de las marmotas rosadas cuando del cielo cae un objeto que los deja atónitos y, pese al miedo que sintieron al principio, se acercaron a ver la extraña criatura (porque ahora se retorcía).
A lo lejos dos niños discutían sobre quien había ganado el juego y llenos de su ira infantil escucharon el fuerte ruido que los hizo correr a sus casas.
Los pájaros que jugaban pócker decidieron suspender la apuesta e ir a averiguar de qué se trataba todo el bullicio.
Todos curiosos, los pequeños roedores y las pequeñas aves se acercaban a ver qué fue lo que había caído. Pero cuando por fin llegaron al centro de la atención, los conejos ya habían tomado la criatura y la habían escondido.
Todos querían saber qué (o quién) era, y todos en este momento odiaron a los conejos porque eran unos egoístas y además eran los únicos que alcanzaron a ver qué (o quién) era.
....
De la nada una marmota rosa saltó de un árbol gritando que sabía quién era la criatura. Pero nadie le prestó atención, estaba loca....
Y así es como el conocimiento de algunos roedores les hace quitarse la vida en el bosque.
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