Todavía no alcanza

¿Quiéres saberlo? No intentes engañarte, sé que sí.
¿Será acaso este complejo interés por lo desconocido? Pero si no es desconocido, si tú mismo lo viviste, si tú mismo me lo enseñaste incluso! Cariño, no sigas con ésto. Deja que pase solo, deja que fluya en el olvido de la misma manera que pudo surgir. No tiene caso seguir, comienza a sentir tú mismo y no sigas hostigándome con tus dudas, porque eso dejó de corresponderte hace mucho tiempo.
Y de nuevo podemos vernos.
Eres el mismo de siempre, eso lo noto en tu mirada y en tu voz.. ¡Esa voz! Sé que los ojos pueden transmitir miles de emociones pero tu voz fue siempre la que me ayudó a conocerte, la que me guió hacia tí. Si alguna vez quise enterarme de lo que te pasaba sólo me bastó con oírte mencionar una sola palabra para saber que nunca hubo interés de tu parte para compartir conmigo esas cosas, esas emociones.
Los detalles, los detalles... Lo único que pudo llegar a importarnos alguna vez. Si me preguntas es a mi juicio, el factor que nos mantuvo unidos todo ese tiempo. Ambos fuimos (y somos) siempre muy preocupados de cualquier detalle, porque yo creo que hacen la diferencia. Tú en cambio, crees que son una especie de adjetivo que se le otorga a la vida.


Que más da, de cualquier manera ya todo eso se murió. Lo sabes bien.
¿Qué nos queda por concretar? Sólo el quiebre de nuestras miradas.
Te lo diré una vez más: porfavor, no sigas intentándolo. Busca tu felicidad y procura encontrarla, yo ya no quiero verme involucrada en tus proyectos de vida. Mis virtudes son tus defectos y esa es una diferencia que nunca nada podrá superar.